Todos los veranos suelo centrarme en un tema para reflexionar. Este agosto nació en mí la necesidad de desmontar mi forma de ver el juego simbólico, de ir a sus orígenes y desarrollarlo desde allí…..
El juego simbólico se refiere al desarrollo de la función simbólica. Piaget decía que para iniciarse en los simbolismos (función simbólica), el niño tenía que haber adquirido la abstracción, para poder simbolizar. La función simbólica es la capacidad de evocar un objeto o un acontecimiento que no está presente a través de algún sistema de representación: gestos, imagen mental, lenguaje, dibujo, acciones significantes, juegos de ficción. Quizá cuando Piaget desarrolló todo su pensamiento sobre psicología evolutiva (principios del siglo XX), no tenía a su alcance la cantidad de materiales que inundan el entorno de los niños, objetos en miniatura que imitan el mundo de los adultos.
En el aula, los profesionales hablamos de juego simbólico cuando los niños juegan en el rincón de la casita, principalmente, cogen el «juego de té» y preparan el té. Después de mi profundización, entiendo que eso es juego de imitación, porque no tienen que abstraer: la taza está ahí presente y la usan como lo hacen los adultos. Aunque si transformasen esa taza en un vehículo, sí aparecería esa abstracción cognitiva.
Uno de los objetivos que me he planteado este año es proporcionar a los niños un Juego Simbólico más puro, con objetos que no imiten el mundo de los adultos, para que sean ellos quienes, a través de la abstracción, den a ese trozo de madera o de cartón la vida que en ese momento quieren.
«Que el niño decida a qué quiere jugar,
no que el juguete le diga cómo tiene que jugar»
[…] valor de una plancha, o un teléfono… Si os interesa el tema, podéis leer más sobre ello en Alaya Difundiendo Infancia o en este otro artículo muy interesante […]
En la Ciencia, cuando hacemos investigación «trabajamos» exactamente como lo hacen los Niños con juguetes no estructurados, y lo publicamos en revistas especializadas
Muy interesante Pablo!!! Me quedo con la última frase para la reflexión: «…que el juguete no le diga cómo tiene que jugar».
Reflexiono mucho sobre la calidad de los materiales, en proporcionarles materiales nobles (madera, telas, metal, piedras, etc.), pero este artículo me ha hecho volver a enfocar la atención también en el para qué y en el cómo, que a veces lo estaba dejando en un segundo plano. Gracias Pablo!!!
Como en todo, el primer paso es darse cuenta. Solo con eso ya tienes mucho ganado
Super interesante articulo, estoy completamente de acuerdo.wow no hay nada masque los niños usen su propia imaginación y que lo que traen dentro se desarrolle.